Taller que recoge lecciones escritas por Jesulink, autor de Raruto y 5 Elementos, en colaboración con otros dibujantes de la comunidad Jesulink.com.
Cuando uno se lanza a escribir historias, en ocasiones se da cuenta de que es demasiado pronto para nombrar a los personajes con los que trabaja. Esto se debe a que todavía no tienes pensado el desarrollo completo de la trama y no sabes si serán protagonistas, si quieres que sus nombres tengas verdaderas connotaciones o si acabarás de escribir la historia.
Esto es algo muy frecuente al empezar un relato, a menos que te bases en un mundo prediseñado con personajes ya existentes o escribas la segunda parte de algo.
¡No hay ningún problema! Para solucionar esto yo llamo indistintamente a los personajes anónimos, según su orden de aparición:
Y si necesito más nombres, tiro de
Son nombres largos por si necesito decir sus apellidos, pero también trabajo con "Stan", "Wally", "Otis", "Carla"…
Todos los anteriores son personajes del reparto de Monkey Island, ¡mi aventura gráfica preferida! El método es sencillo; utiliza un grupo de nombres provisionales y si ves que la aventura toma forma, o que acabas satisfactoriamente el/los primero/s capítulo/s, sustitúyelos entonces por verdaderos nombres.
Tú puedes bautizarlos como te parezca, con números, con letras, con los personajes de tu anime preferido, con tus guitarristas favoritos...
Quizá parezca ridículo que todos tus proyectos de historias tengan a personajes que se llamen igual, ¡pero tampoco hay que pensar un nombre original para cada uno desde el principio!
Y lo mismo ocurre con las ciudades, prueba a jugar con cinco, seis nombres de ciudades (serios como Isthar o cómicos como Villapuercos de la Frontera) y úsalos siempre. Cámbialos cuando estés convencido de que la trama empieza a crecer y madurar.